Las subvariantes BA.4 y BA.5 de Ómicron fueron detectadas en 9 países en las últimas jornadas, por lo cual expertos alertan sobre la necesidad de matenerlas bajo vigilancia.
Se confirmaron más de 500 millones de casos de personas con COVID-19 desde el inicio de la pandemia y 6.1 millones de fallecimientos. Aunque está bajando el número de muertes a nivel global, la variante Ómicron del coronavirus, que causa la mayoría de los casos en la actualidad, sigue circulando en el mundo.
Uno de los investigadores es el científico brasileño Tulio de Oliveira, que trabaja en Sudáfrica. Con su grupo, fue quien detectó a Ómicron en noviembre pasado. Desde entonces, primero se propagó el sublinaje BA.1 y más recientemente BA.2. Días atrás, el doctor de Oliveira anunció el hallazgo de los sublinajes BA.4 y BA.5 en su país.
De Oliveira dirige uno de los programas de vigilancia genómica del SARS-CoV-2 más potentes del mundo, en el Centro de Respuesta Epidémica e Innovación de la Universidad de Stellenbosch. Ya han revelado que las subvariantes BA.4 y BA.5 están aumentando su prevalencia en los casos de COVID-19 detectados en Sudáfrica.
El 1 de abril pasado, Eduan Wilkinson, bioinformático del equipo de de Oliveira en Stellenbosch, observó que los investigadores del laboratorio del centro y del Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Johannesburgo habían señalado varias secuencias anómalas del genoma del coronavirus en su último lote de datos.
Las secuencias presentaban algunas mutaciones notables en la región del coronavirus que codifica su proteína de la Espiga. Como esa proteína es clave para que el virus invada las células, Wilkinson reconoció la necesidad urgente de buscar estas mutaciones en todos los genomas secuenciados en el país en los últimos meses para ver si habían pasado desapercibidas.
Fuente: opinion.com.bo