Aunque el juicio contra el expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández ha sido suspendido nuevamente, esta vez hasta el 20 de febrero en Nueva York, el mismo causa controversias en su país.
La expectativa crece, y en Tegucigalpa el ciudadano Mauricio Ramos cree que el exmandatario lo tiene difícil pues deberá convencer no solo al jurado en Estados Unidos, sino a “un país entero”.
“Si el hombre es inocente, el juez es el que manda ahí. Si es inocente, ahí tiene su abogado, entonces todas las pruebas que va a enfrentar ahorita, ahí están todas”, valora Ramos en entrevista con la Voz de América.
Hernández fue extraditado a Estados Unidos bajo cargos de tráfico de drogas en 2022; se le acusa de facilitar el contrabando de 500 toneladas de cocaína a cambio de millones de dólares en sobornos.
Su juicio se retrasó porque los fiscales estadounidenses “confirmaron que no habían podido completar la redacción de información clasificada” que supuestamente ya habían entregado a la defensa, dijo a la AFP el abogado Raymond Colon.
Hernández, de 55 años de edad y que sirvió dos períodos como presidente de Honduras entre 2014 y 2022, defiende su inocencia.
En su país hay quienes creen que Hernández no tiene ninguna culpa. “Para mí el hombre es inocente, para mí el señor… no molestó. Aquí en Honduras ayudó a la gente pobre”, explica Sarah Ramos.
En caso de ser declarado culpable de los tres cargos en su contra (conspiración para traficar drogas y dos cargos de tráfico y posesión de armas), el expresidente Hernández podría pasar el resto de su vida tras las rejas.
Ser condenado lo ubicaría en compañía de otros exlíderes latinoamericanos juzgados y declarados culpables en Estados Unidos, incluidos Manuel Antonio Noriega de Panamá en 1992 y Alfonso Portillo de Guatemala en 2014.
“La corrupción es un problema estructural en Honduras que vulnera derechos humanos”, indicó en un copioso informe a mediados de 2023 la organización Human Rights Watch, exponiendo casos de este tipo y destacó “la importancia de una comisión internacional que aborde problemas de fondo que obstaculizan la lucha contra la corrupción” en el país.
Para Juan Ángel López, quien funge como vocero de la Conferencia Episcopal en la nación centroamericana, se trata de solo una parte de un entramado mayor.
“El expresidente está siendo juzgado, pero es la punta del iceberg porque la realidad es mucho más profunda”, dijo López en conferencia ante los medios.
“Él sirve ahorita como muestra de un botón, pero el saco tiene muchos más botones”, sentenció López.
[Luis Felipe Rojas, periodista de VOA en Miami, colaboró en este reporte. Parte de la información provino de AFP]
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